Fue el equipo interno de la compañía el que inició este proceso de cambio de imagen. Tras explorar todo tipo de ideas diferentes para obtener un nuevo icono, finalmente volvieron al concepto de la “M” inicial y comenzaron a jugar con esta letra, imaginando cómo ésta podía malearse y estirarse para reflejar diferentes conceptos que les resultaran inspiradores.
Posteriormente, trabajaron con el diseñador de tipografía Rod Cavazos de la fundición PSY/OPS. Con Rod, llegaron a esta interpretación geométrica y modular de la “M”, conformada de diferentes piezas, como un juego o un puzle.
Eligieron utilizar una perspectiva isométrica, y a partir de aquí, crearon un rango de diferentes alturas y ángulos para asegurar que elegían la forma más estable y ópticamente atractiva.