Todo esto queda expresado a través de un nuevo universo visual y verbal “más emocional, inspirador, positivo, y a veces transgressor”.
Lo primero que llama la atención es la recuperación del amarillo, un activo importante de la marca que se había perdido en gran parte en el anterior rediseño de la marca, llevado a cabo en 2012 por Tiempo BBDO.
Otro importante cambio cromático es la desaparición del gris (excepto en el logo), que pasa a ser sustituido por el negro.