No quisiera ser de la agencia Work-Order (bueno, quizás sí…) y encontrarme en el brete de tener que afrontar el rediseño de una marca tan icónica como Kodak; posiblemente, una de las de mayor carácter del siglo XX. Y mucho menos teniendo en cuenta que el encargo consistía en recuperar el logo clásico creado por Peter J. Oestreich en 1971 y traerlo al siglo XXI.
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