El identificador resultante es dinámico, pues se compone de un logotipo en tres líneas que se combina con distintos iconos construidos a partir de un óvalo. Los iconos representan objetos típicos y distintas áreas de la urbe; árboles, fuentes, gastronomía, etc.
A pesar de la dificultad que representa realizar figuras reconocibles a partir de un óvalo, la serie está muy bien lograda en general (no termina de convencerme el gorro con birrete).
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San Petersburgo estrena su primera marca turística
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