El pasado mes de noviembre murió el astro del fútbol Diego Armando Maradona. Para muchos, el mejor jugador de la historia. Para homenajearle, la Liga Professional de Fútbol Argentino pasó a llamarse “Copa Diego Maradona”. Un reconocimiento, al que se sumó el Nápoles, cambiando el nombre de su estadio por el de “Diego Armando Maradona”. Un detalle anecdótico, ya que el Napoli compite en la Serie A italiana y nunca coincidirán ambas denominaciones.
Pasamos de hablar de fútbol a hablar de baloncesto. No se llegó a escenificar, pero estuvo a punto de pasar. El año pasado, hubo una campaña brutal para que el logotipo de la NBA llevara la silueta de Kobe Bryant que actualmente ostenta otra estrella angelina Jerry West. Sí se ha llegado a realizar, el homenaje a Chadwick Boseman a través de la animación de entrada del logotipo de Marvel Studios, compañía que realizó también un homenaje similar para Stan Lee tras su fallecimiento.
Cuando tu logotipo es un homenaje eterno
¿Qué dice la teoría del branding clásico? No toques tu logotipo. El logotipo es uno e indivisible. Pues bien, Google ha hecho escuela de vestir su logotipo varias veces a lo largo de los años para conmemorar fechas, personas o movimientos. El caso es tan famoso y reconocible que subraya el motivo: con una cuota de mercado tan bestia y una asimilación tan grande, que muchas personas consideran internet y google como sinónimos, puedes permitirte como marca experimentar y jugar con tu logotipo de maneras tan creativas como las que mostramos a continuación.
Con la idea de homenajear los 100 años de la Bauhaus, la plataforma 99designs lanzaba un reto para redibujar logotipos actuales con una pátina de Bauhaus. Algunas de las propuestas más sorprendentes sobre logotipos famosos se basaban en el minimalismo, el uso de colores primarios y la estética esencialista. Un ejercicio que recuerda al de otras aproximaciones teóricas y que nos recuerda la importancia de la diferenciación en las marcas, en un momento como el actual en el que las identidades se mimetizan.
Cuando homenajeas un colectivo o movimiento
Con la idea de homenajear al deporte femenino, Paris lanzaba su logotipo para las Olimpiadas de 2024 con una propuesta que recuperaba a Marianne, icono de la República francesa simbolizando una llama olímpica. Un logotipo lleno de significado que contrasta con el que presentó durante su candidatura, apoyado elementos de la topografía como la Torre Eiffel, que si bien simbolizan y representan a la perfección París, no dejan de quedarse en la versión turística de la ciudad.
Un poco peor le salió la jugada a Donald Trump con el logotipo de la Fuerza Espacial, que para los más trekkies no es sino una inspiración muy, muy fuerte, del de Star Trek. Las semejanzas son caprichosas, si bien ambos se apoyan en recursos muy manidos dentro del universo espacial. Algún usuario no ha tardado en buscarle padre y madre al logotipo con una mezcla entre el Comando Espacial de la Fuerza Aérea y las estrellas del logotipo de La NASA. Un caso que nos enseña lo profundas que son las influencias estéticas culturales.
Todas las marcas deberían hacer más por apoyar causas, está claro. El caso viene cuando se elige el mismo método para homenajear una causa. Sucedió el pasado mes de octubre cuando el FC Barcelona y el Real Madrid vistieron una camiseta rosa para luchar contra el cancer de mama. No pasaría nada si fuera una acción especial, pero en este caso ambos clubes aprovecharon una situación, que su tercera equipación es de ese mismo color, para usarla ese día, quitándole parte de lo especial de la acción.
Cuando pasas del homenaje al autohomenaje
En ocasiones, el homenaje no es ni a un movimiento, ni a una persona, ni a un hito, sino a uno mismo. En estos casos, se tiende a recuperar la esencia del pasado, cortando con una evolución histórica para volver al punto de inicio. Se trata de evocar una vuelta a los valores con los que la empresa se hizo grande y de apuntalar el crecimiento futuro desde el pasado de la compañía. Un caso es el de Eurovisión 2020 que homenajea a todos los países participantes recuperando la circularidad de su logotipo original, en un año en el que es más necesario que nunca que cuidemos los unos de los otros.
Pasa un poco lo mismo con el lanzamiento de la marca DC en 2016, que homenajea los logotipos de hace 80 años. Muy en coherencia con el nacimiento de su serie Rebirth, en la que relanzaba títulos clásicos. En la misma línea, pero a contrapelo de un movimiento en el mercado de la automoción hacia la simplificación y el flat design, está Peugeot. La marca francesa ha homenajeado al Peugeot 504 GT con un logotipo que la marca no usaba desde los años 60. Un caso temporal y limitado en el tiempo, pero que marca un movimiento de nostalgia y recuperación de identidades con solera.
No podíamos acabar este hilo de homenaje de homenajes sin una noticia muy reciente del municipio de Almería, que está buscando recuperar el logotipo de La sirena elaborado por el diseñador Cruz Novillo. Una mirada al pasado que recupera las raíces de una identidad que llegó a competir en su día con El Corte Inglés o Galerías Preciado y que más que un homenaje es parte del patrimonio gráfico de España, como tantas otras identidades que forman parte de nuestra cultura y del imaginario colectivo.