El branding ayuda a las marcas posicionarse y a nosotros, los consumidores, nos permite entender qué ofrecen, cuál es su filosofía y qué las diferencia del resto. Es claro que un branding confuso resulta contraproducente para las marcas y que una identidad que no atiende a los cambios del negocio, no es válida. De ahí que sea tan necesario actualizar y regenerar las marcas para promover el interés de sus públicos, tanto de los actuales como de los futuros.
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